22/3/13

EL HECHO DE FUENTEOBEJUNA



Ni que decir tiene que no voy a hacer un juicio histórico sobre La obra de Lope de Vega “Fuenteovejuna”, ya que su autor no es historiador, sino dramaturgo.

Por ello, intento dilucidar de qué manantiales realmente auténticos se vale el comediógrafo para construir una obra que sea representable, atraiga al público y consiga su beneplácito, y cómo transforma estos sucesos históricos para construir su pieza teatral.

Lope es un autor que quiere hallar temas pasionales, asuntos que entusiasmen a los de su generación lo mismo que los literatos de cualquier momento lo pretenden para granjearse el favor del público.

Los dos conceptos que intenta inculcar en los hombres de su época son: el origen divino de la realeza y el honor de la persona humana.

-La honra, el honor, lo cifra en la honestidad de las mujeres y la defiende en esta misma pieza teatral de tal manera que es el eje principal de ella.

-Es tal su deseo de imbuir en el público la idea del origen divino de la realeza y que expone en sus obras teatrales que, para él, el Rey está por encima del bien y del mal y, por lo tanto, el pueblo no tiene ninguna razón para criticar las actuaciones de los reyes, por ello en “El Rey D. Pedro en Madrid”, llega a afirmar: Son divinidad los reyes.

Es más, aunque sea un pérfido; por representar a la Divinidad, no sólo debe prestársele obediencia, sino también, como a ésta, adoración, pues en la misma composición referida, expone:

Que es deidad el rey más malo

En quien Dios se ha de adorar.

Como ideas colaterales, aunque no totalmente secundarias, expone otras dos: Una, consecuencia de la anterior, la justa venganza que se toma el pueblo levantado en armas, de tal manera enfurecido, que no pone freno a su furia hasta que no infringe al Comendador una cruel muerte, ensañándose con su cuerpo, ya exánime.

La otra es el juramento de silencio, una especie de omertá por el que se ha confabulado todo el pueblo, hombres, mujeres y niños, para no dar a conocer los culpables de la perpetración del horrendo crimen.

Estos dos, son los conceptos que más han perdurado desde que se estrenó la obra y dudo que el mismo Lope pudiese suponer que esta pieza teatral que, a no dudar, para él sería una más de las muchísimas que produjo, iba a perdurar a través de los siglos y tendría tanta difusión, aún allende nuestras fronteras.

De la muerte que los lugareños infringen al Comendador se ha hecho bandera de justa reivindicación de un pueblo oprimido que se levanta en armas para sacudir el yugo que lo atenaza.

El silencio de los habitantes de la villa, ante las pesquisas del juez enviado por los RR.CC. a investigar el crimen y encontrar al culpable, se ha hecho tan proverbial que hasta hoy día se emplea la frase: Como en Fuenteobejuna, todos a una, para indicar que hay que acometer un trabajo todos unidos o que no se puede revelar quien ha llevado a cabo un hecho determinado.

Los documentos que hemos consultado nos ilustran sobradamente sobre esa pretendida ansia de libertad de un pueblo, cosa no en consonancia en el siglo XV, y sobre quién o quiénes manejaron los hilos de la sublevación popular y qué intereses nobiliarios se ocultaban tras los furibundos aldeanos.

EL LUGAR Y LOS HECHOS

El marco local en el que se desarrolla el motín del pueblo es la villa de Fuenteobejuna, que pertenece a la provincia de Córdoba y el momento histórico es en la noche del 22 al 23 de abril del año 1476.

Este pueblo, en dicha época no pertenecía a la jurisdicción de Córdoba, pues el Rey Enrique IV, como señor de Castilla, la había entregado al Maestre de la Orden de Calatrava, D. Pedro Girón, además de Morón, Belmez y todo el término que se dice Espiel, el lugar más grande que había en la tierra de Córdoba.

En el año de la acción, ostentaba el poder de esta villa el Comendador Mayor de Calatrava D. Fernán Gómez de Guzmán quien, según expone en su obra Lope, la poseía tiránicamente, abusando de sus vasallos a los que imponía gravosos impuestos e infringía vergonzosos agravios en lo que peor podían sufrir sus habitantes, es decir, en el abuso sexual de sus mujeres, a las que, como un fauno rijoso, poseía lujuriosamente.

Cuando los RR. CC. conocen la muerte de Fernán Gómez de Guzmán, mandan al lugar un juez pesquisidor para que averigüe el caso y mande justamente castigar a los perpetradores del mismo. Éste se va a encontrar con el silencio hermético de todos los habitantes de la villa, pues ni los niños, ni las mujeres, ni los ancianos, ni, qué decir, el resto de los habitantes, están dispuestos a revelar la identidad de los instigadores de la acción.

A grandes rasgos, la pieza teatral de Lope llega hasta aquí.

LAS FUENTES UTILIZADAS POR LOPE

El autor no es coetáneo del lance histórico. Éste ocurre, como ya he dicho en la noche del 22 al 23 de abril del año 1476, y Lope, modificándolo, lo recoge como argumento de su obra de teatro que se estrena aproximadamente ciento cincuenta años después, cuando ya estaría más que olvidado en toda Castilla y que, cuando ocurrió, aunque tuvo su resonancia, quizá se consideró como un episodio más de la lucha por la Corona que sostuvieron los Reyes Católicos contra Juana la Beltraneja.

-La primera y que personalmente considero más fidedigna, dado que es contemporánea a los hechos, es la Crónica del reinado de Enrique IV, escrita por Alonso de Palencia que vivió entre los años 1423 y 1492. Solamente hay una nota discordante en ella y es que llama al Comendador Fernán Ramírez de Guzmán en lugar de Gómez de Guzmán.

Alonso de Palencia nos describe al Comendador de manera diametralmente opuesta a como lo hace Lope y el mismo Rades de Andrada, del que hablaré más adelante, ya que dice de él que era nobilísimo guerrero y estimadísimo con justo título del rey, por sus muchos servicios a la corona, como esforzado adalid y tenaz perseguidor de los aliados del portugués.

-El otro cronista, ya mencionado, es Francisco Rades de Andrada que en el año 1572, es decir, casi un siglo después compone su Chorónica de las tres Órdenes de Cauallería de Santiago, Calatraua y Alcántara. Éste posiblemente influido, por la impunidad en que dejaron el crimen los Reyes Católicos, la difamación popular que, a no dudar, recaería sobre Fernán Gómez de Guzmán y porque no consultó la obra de Palencia, cosa que no creemos posible, o por algún otro propósito, hace una descripción del Comendador que no concuerda en nada con la de éste y nos lo muestra como un ser prepotente y despreciable diciendo de él: Hizo tantos y tales agravios a los vecinos del pueblo...; ...se les comía sus haciendas y les tomaba por fuerza sus mujeres.

Pienso que Lope, entre otras muchas fuentes que no expongo, se inspiraría en la crónica de Rades de Andrada.

LOS ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y SITUACIÓN REAL DE CASTILLA EN EL MOMENTO DE LA REBELIÓN

Hay unas circunstancias históricas que deben ser tenidas en cuenta pero que no expongo por no resultar tedioso, pero sí hay que que los habitantes de Fuenteobejuna son apoyados por Córdoba en la sublevación contra su señor, como más adelante veremos.

La inquina de D. Alonso de Aguilar, Alcalde Mayor de Córdoba, contra Fernán Gómez, seguramente, no era por motivos personales, sino debida al deseo del cordobés por traer a esta villa al dominio de Córdoba por la importancia económica que Fuenteobejuna tenía en aquellos momentos.

Este pueblo era uno de los más poderosos dentro del reino de Córdoba. Contaría con, aproximadamente, cuatro mil habitantes, la capital tendría posiblemente sólo unas seis veces más. Era un centro eminentemente ganadero y por la magnitud de su producción de lana, los precios de ésta se fijaban en la capital por los que rigieran en la villa.

No olvidemos el gran predicamento del que la Mesta gozaba entonces y la fuerza y poder que ostentaba. También hemos de tener en cuenta que, además de la mencionada fuente de riqueza, así de la lana, como de los productos derivados de las ovejas, otra de sus actividades de gran consideración era la explotación de las colmenas.

Esta actividad apícola, posiblemente fuese la más importante llevada a cabo por sus habitantes desde la más remota antigüedad, pues Plinio, en su descripción de la Betruria, llama a la villa Fons Mellaria, es decir, Fuente de la miel.

Rades expone la rebelión como una explosión popular de ira por el ansia de vengar los ultrajes que el Comendador les infiere a los lugareños. No es admisible que, así sin motor alguno, un pueblo entero se alce en pie de guerra, sin que nadie lo dirija. No podemos pensar que la rebelión se gestase por generación espontánea, ni mucho menos que, una vez realizada la acción y consumada la venganza, no hubiese unos dirigentes, ya en el pueblo, ya fuera de él, con fuerza suficiente para aglutinarlo, bien por miedo, bien por recompensa, para que todos a una, hombres, mujeres y niños, guardasen un hermético silencio y prefiriesen sufrir tortura antes que delatar al cabecilla o cabecillas que lo instigaron a levantarse en armas.

Córdoba, en su deseo de hacerse con le villa llegó a tomarla con anterioridad al hecho y hubo, por lo menos, dos intervenciones armadas en las que intentaron arrebatársela y no lo consiguieron.

APOYO DE CÓRDOBA AL LEVANTAMIENTO DE FUENTEOBEJUNA

Enrique IV, en 1465, autoriza a Córdoba el derecho de rebelión a mano armada para recuperar los lugares de Gahete, Hinojosa, Fuenteobejuna y Belmez.

Los RR.CC. en 1475 contestan a una carta del Concejo de Córdoba en la que les pedía que no enajenaran ni apartaran de la ciudad sus villas, castillos, etc. accediendo a dicha petición y además, cosa muy importante, que, cada vez que sea necesario, vayan contra quienes atenten contra dicha propiedad.

En el año 1476, Alonso de Aguilar es ya el dueño de facto de Córdoba. Es el año de la rebelión de la villa que, para nuestro juicio, fue preparada, dirigida y comandada, aunque en la oscuridad, por este señor tan poderoso que entonces regía los destinos de la ciudad y, a no dudar, querría conseguir lo que su padre, D. Pedro, no pudo y llevaría a cabo su acción de forma solapada y astuta para que su nombre, por si hay represalias, no aparezca involucrado.

LA REBELIÓN Y TOMA DE POSESIÓN POR CÓRDOBA

El alzamiento, como ya hemos dicho, se llevó a cabo en la madrugada del 22 al 23 de abril de 1476. El día veintiocho del mismo mes y año, o sea, cinco días después, se extienden dos documentos por el Concejo de Córdoba en la Venta del Vado, lugar próximo a Fuenteobejuna. Uno de ellos es una carta de procuración otorgada a Pedro Rodríguez Cobo quien, como Procurador de Córdoba, actuará, en nombre de ésta en la toma de posesión de la villa. En el mismo documento se le dice que presente ciertas cartas de los Reyes Católicos sobre la restitución de las villas y fortalezas de Córdoba, ante en Concejo de la villa. El otro documento, el más interesante, es respuesta a una carta enviada por el Concejo de Fuenteobejuna a Córdoba con P. Méndez de Sotomayor, Juan de Sotomayor y el Bachiller de Cea que contestaba a otra carta enviada por Córdoba con anterioridad. La carta de contestación de Córdoba, entre otras cosas dice:

... y porque los dichos veinticuatro Pedro Tafur y Juan de Berrio llevan las escrituras que pedís, atiendan a lo que van a exponerles, pues decís que tanto deseáis el servicio del Rey y Reina...

Pues bien, de Córdoba a Fuenteobejuna, en aquellos tiempos, había dos jornadas de camino; si el día veintiocho de abril, es decir, cinco días después de la revuelta, hay comisionados de Córdoba en la Venta del Vado, quiere decir que éstos han debido salir de la ciudad, como muy tarde, el día veintiséis, al recibir noticias de Fuenteobejuna. Éstas debieron de ser enviadas, a más tardar, el día veinticuatro, o sea, un día después de la rebelión; pero son la respuesta a otra carta remitida por Córdoba al Concejo de Fuenteobejuna, la cual parece obvio que debió salir de Córdoba antes del motín, dada la proximidad de las fechas. ¿Qué decía la primera carta de Córdoba? ¿Era una garantía de apoyo a la proyectada revolución? ¿Era una promesa de ayuda, o la portaban hombres armados de Córdoba que actuaron entre los de la villa, en el momento de la sedición? ¿Son éstos los incitadores de los que nos habla Alonso de Palencia?

No sólo D. Alonso de Aguilar y el Concejo cordobés estaban interesados en la ocupación del pueblo, también el Cabildo Catedralicio tenía cuentas pendientes con el Comendador, pues el Obispo de Córdoba, D. Pedro Solier había conminado al Comendador y a su hermano a que le devolviesen los diezmos eclesiásticos de los que se habían apropiado indebidamente. Por eso, una vez tomada la villa por Córdoba, el treinta de abril de 1476, D. Juan Martínez, beneficiado de la iglesia de S. Pedro de Córdoba y vicario, se dirige al Concejo de Fuenteobejuna en reclamación de ochocientos mil maravedíes en concepto de los diezmos de pan, de menudo y de vino que el Comendador ha retenido injustamente en su poder y, dado que éste ha muerto y sus bienes han sido secuestrados por el este Cabildo municipal, a él se dirige el mencionado Juan Martínez para reclamarle el importe mencionado.

Hay dos poderes muy fuertes interesados en que Córdoba recupere Fuenteobejuna.

Son el Cabildo Municipal y el Cabildo Eclesiástico.

Por ello, considero que la rebelión fue tramada, alentada, financiada y realizada, aunque en la sombra, por Córdoba y que Lope, como dramaturgo compone una magnífica obra que ha tenido repercusiones mundiales, pero que históricamente no se corresponde con lo que realmente ocurrió.

Otra cosa que hay que tener en cuenta es que los Caballeros Veinticuatro de Córdoba, así como los Jurados y los Corregidores enviados por el poder real, antes de tomar posesión de su cargo habrían de defender los derechos de Córdoba a la posesión de Fuenteovejuna.

Como prueba de ello espigaré de las actas capitulares algunos de los momentos de la toma de posesión de varios caros municipales:

D. Diego de Córdoba, el 12-5-1533, ratifica el juramento como caballero veinticuatro y el depleito homenaje que, en su nombre, efectuó en otro momento, el también veinticuatro Francisco de Valenzuela “…guardando en ello prençipalmente el seruiçio de Dios nuestro Señor e de sus majestades e el bien e provecho e la dicha çibdad de Córdoba e su tierra e las pramáticas e ordenanzas de esta dicha çibdad, los buenos usos e costumbres de ella en espeçial la hordenança que hablan en razón del vino de fuera e de ser en defensa de los términos e jurisdición de esta çibdad en espeçial de la villa de Fuentevejuna…”.

El 8-10-1533, Pedro Guajardo y presenta una provisión de Sus Majestades firmada por el Señor Emperador por la cual le nombra jurado. “…guardando el seruiçio de Dios e de sus majestades e el bien e provecho de la dicha çibdad en especial la hordenanza del vino de fuera e será en defensa de los términos e jurisdiciones de esta çibdad en espeçial de la villa de Fuente Vejuna e terna el secreto del cabildo…”.

Como última muestra para no ser oneroso citaré otra más:

El 23 de mayo de 1535 son nombrados el licenciado Molina como Alcalde Mayor y Rodrigo de Narváez como Alguacil Mayor y ambos juran:

“…e de guardar las preminençias de los caballeros del cabildo e las ordenanzas en espeçial la que habla en razón del vino de fuera e ser en defensa de los términos e juridiçiones de esta çibdad en espeçial la que habla en defensa de la villa de Fuente Vejuna…”

Otra pregunta ¿A qué acuerdo ha llegado la Orden de Calatrava con Córdoba, cuando su Comendador, Gonzalo Fernández de Córdoba, para tomar posesión de su cargo de Caballero Veinticuatro ha tenido que jurar, como el resto de los componentes del Cabildo municipal, que defenderá el derecho de que Fuenteobejuna siga perteneciendo a Córdoba?

Considero que hay demasiadas razones documentadas para pensar que la rebelión de Fuentebejuna no fue un hecho espontáneo, sino que estuvo, preparado, comandado y dirigido por la ciudad de Córdoba, su Alcalde Mayor, Alonso de Aguliar y por el Cabildo eclesiástico.



Reitero: Lope no es historiador, sino dramaturgo.

Manuel Villegas Ruiz

Dr. En Filosofía y Letras (Gª e Hª)

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