22/6/10

DÓNDE FUERES HAZ LO QUE VIERES

Este dicho es una de las más sensatas frases de nuestro refranero español. Sin más explicaciones viene a decir que, si visitamos o nos instalamos en un lugar distinto a aquél en el que nos hemos criado, y que sus costumbres, lengua, cultura, religión y forma de vida es diferente a la que hemos adquirido como norma de comportamiento proporcionada por la educación recibida, deberemos adaptarnos al acervo cultural del nuevo lugar en el que nos hallamos.
Esto tiene una gran connotación positiva, dado que lo que en nuestro país posiblemente sea digno de encomio y alabanza, puede ser una acción reprobable, un insulto y hasta digno de castigo en otros lugares de distintas formaciones a la nuestra.
De ello se infiere y es recomendable que, antes de emprender un viaje, procuremos conocer y entender, aunque no los compartamos, los usos y costumbres del lugar que vamos a visitar o en el que habremos de residir, de forma que nuestra adaptación al nuevo entorno sea más fácil y menos traumática.
Hemos de procurar que nuestra vestimenta no hiera los sentimientos de los habitantes del país que nos acoge. Nuestra reina y políticas así lo han efectuado al visitar los países musulmanes y se han puesto el velo preceptivo para las mujeres en esta cultura.
A nadie, se le ocurriría entrar calzado en una mezquita. Sería expulsado inmediatamente de ella.
Si viajamos a Japón, nos encontraríamos que es una gran grosería vestir los pies con sandalias que dejen los dedos al descubierto, ya que éstos son unas zonas erógenas que deben de permanecer ocultos. Tampoco deberemos abusar del perfume, puesto que desprender un fuerte olor, aunque para nosotros sea agradable, a los japoneses no les complace y podrían llamarnos la atención.
Si se nos ocurre ir a la India, no caigamos en la tentación de exhibir nuestras axilas, dado que son, para ellos son una parte muy íntima de una mujer que no debe ser visible. Así que nada de ponerse vestidos con tirantes o “palabra de honor”.
Podríamos seguir enumerando, casi hasta la saciedad costumbres diferentes a las nuestras y que, en ocasiones, pueden ser causa de enojo y hasta de agresión física en países que difieren de nuestra cultura.
Acepto sin restricciones la sabiduría de este nuestro refrán, ya que si lo ponemos en práctica nos veremos libres de situaciones comprometidas y quizá de agresiones físicas.
Pero España es diferente. Los que vienen aquí no deben adaptarse a nuestras ascentrales costumbre, a nuestra lengua o religión, a nuestra cultura, en fin.
Somos nosotros, los viejos ibéricos, descendientes de los tartesios los que tenemos que acomodarnos a las lenguas, culturas, religiones y modos de vida de los que llegan a instalarse en esta piel de toro.
Se regalan terrenos para edificar mezquitas. ¿Ocurre eso en los países musulmanes para las iglesias católicas?
Se otorgan toda clase de facilidades para las culturas extranjeras.
Nuestra Junta de Andalucía, en el colmo del desatino impulsará la lengua árabe como segunda lengua extranjera en la ESO.
El presupuesto cuenta con 2.500 € hasta el año 2013. Se firmarán proyectos con los ayuntamientos para intentos de intervención socio educativa que se impulsará para facilitar la integración del estudiante musulmán.
¿Estamos en condiciones de despilfarrar de esta manera el dinero de todos, dada la pésima situación en la que nos encontramos?
En una palabra, los que llegan no tienen que adaptarse a nuestras formas de vida, somos nosotros los que hemos de transformar las nuestras y aceptar las suyas.
Así nos va. Estos políticos, prefiero callar el calificativo, procuran de todas las maneras posibles hacernos perder nuestra idiosincrasia, cultura, religión y todo aquello que ha conformado a nuestra España desde la época de los tartesios, y del crisol de tantas culturas como ha sido nuestra patria.
¡Bien! por estos políticos. Pero que no cuenten con la mayoría de los andaluces,

Manuel Villegas Ruiz
Dr. En Filosofía y Letras (Gª e Hª)

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