19/7/13

ESPAÑA PASA HAMBRE

ESPAÑA PASA HAMBRE






Nos encontramos dentro el primer tercio de este siglo, España hace pocos años ha vivido un periodo de bonanza y bienestar en la que se ha derrochado el dinero a manos llenas por parte de todos, los ciudadanos gastando más que lo que ingresaban, comprometiéndose a adquirir todo tipo de bienes: casas, coches, vacaciones a plazos y cualquier cosa que les apeteciese.

Los bancos no ponían coto a conceder préstamos sin las suficientes garantías de devolución de la cantidad otorgada y facilitaban dinero casi a cualquiera que se lo pidiese.

Los políticos no han puesto, ni todavía lo ponen, freno al despilfarro, porque como “el dinero público no es de nadie”, se puede gastar sin tasa en hacer aeropuertos que no han servido para nada o polideportivos que hoy sólo acumulan telarañas, en costear los gastos particulares pagando con tarjetas Visa costeadas con nuestros impuestos y hasta en comprar drogas y visitar casas de prostitución, amen de otras cosas inconfesables.

Se han concedido y todavía se continúa concediendo ayudas a países y organizaciones extranjeras y de nuestra Patria para asuntos baladíes en muchas ocasiones y que, en la mayoría de los casos esos auxilios a ciertas instituciones, cuyos miembros realmente los necesitan no llegarán a ver un solo euro porque entre gastos de ágapes, móviles, salarios de los “cooperantes” de esas instituciones y ONG, viajes, etc., poco quedará para repartir entre los verdaderos necesitados.

Mientras, el hambre, la verdadera hambre física, la tenemos en nuestra propia Patria, pero no importa, los sufridos españoles lo aguantamos todo.

Los niños españoles pasan hambre, hasta tal punto que se han tenido que organizar departamentos, dependientes de Ayuntamientos y comunidades para que, por lo menos, puedan satisfacer su apetito con dos comidas al día.

Fue la época de las maduras, pero ahora estamos en la de las duras y a los ciudadanos nos están asfixiando por todos lados, extrayéndonos todo el jugo del poco que nos queda. Eso sí, las prebendas de la clase política ni se tocan. Se hacen pequeños amagos y escarceos que sólo son parches que no van a la raíz del problema.

Los parados superan ya los seis millones, el paro juvenil en Andalucía es aterrador. Las familias que no cuentan con ningún tipo de ingresos pecuniarios se acercan a los dos millones. En fin, una situación realmente lastimosa y con perspectivas de que va a durar mucho tiempo, años, si llegamos a conseguir un nivel de vida algo mejor.

Esto nos trae a la memoria una época de carencia de medios en la que los españoles no tenían nada que comer y se veían obligados a recurrir al Auxilio Social que fue una organización fundada en plena guerra civil y que en principio se dedicó con una especial atención a atender a los hijos de republicanos fallecidos en la contienda fratricida.

No queremos entrar en vericuetos políticos de aquél momento, pero sí deseamos dejar constancia de, que gracias a esta Organización, muchas familias, durante y después de la guerra pudieron comer por la ayuda que ella les prestaba.

Ahora estamos en una situación similar, pues se pueden contar por cientos de miles, si no por millones, las personas que no tienen nada que llevarse a la boca. Rebuscan en contenedores de basura, piden en tiendas alimentos a punto de caducar o con imperfecciones que los hacen inservibles para su venta. Con tal de saciar su aguda hambre llegan a comerse los desperdicios que encuentran en los cubos de basura.

No obstante sí hay alguien que, como el antiguo Auxilio Social, se está preocupando por los que no tienen nada y se ven forzados a mendigar el sustento de cada día.

Se trata de Caritas. Ella sola ha organizado un sistema de ayuda para los necesitados que no tiene parangón en nuestra Patria. Se ha preocupado de buscar más puestos de trabajo que el mismo INEM. Está desbordada por la falta de recursos para hacer frente a tantas necesidades. No sólo proporciona comida, paga recibos de luz, de agua, hace frente a todas las penurias que puede, con los medios limitados que posee.

Pero no sólo Caritas está en primera línea de combate en esta guerra contra el hambre, sí hambre. Son otras muchas instituciones las que hacen lo imposible por remediar tanta miseria Hay organizaciones religiosas y también civiles que, proporcionan el mantenimiento necesario para que muchas familias puedan seguir viviendo.

Entidades particulares y personas individuales han creado bancos de alimentos que se preocupan de los desvalidos, recogiendo cualquier tipo de comida para ayudarles a continuar existiendo.

La gran diferencia entre el Auxilio Social de la época de la guerra civil y después, estriba en que éste fue necesario porque España estaba devastada y, aunque comenzó de forma particular, iniciado por Mercedes Sanz Bachiller, al final el Gobierno lo tomó bajo su responsabilidad e hizo frente a las necesidades de los que se veían abocados a recurrir a él.

El Auxilio Social de este momento lo están llevando a cabo organizaciones eclesiales o afines a ellas y por instituciones particulares de personas que entregan su trabajo y esfuerzo intentando remediar tanta indigencia. ¿Dónde está el Gobierno?





Manuel Villegas Ruiz

Dr. en Filosofía y Letras

(Gª e Hª)


Publicado en el diario CÓRDOBA el 5-7-2013

18/7/13

EL ACUSICA




EL ACUSICA



El Acusica ha sido desde la escuela el más denigrado por el resto de la clase. En el colegio, siempre había un niño que estaba dispuesto a decirle al profesor quien era el que había originado un ruido molesto, promovido un alboroto o una carcajada a destiempo. El resto no lo tratábamos y más de un pescozón se ganó por su actitud tan poco amigable.

Pero el chivato denunciaba algún hecho que realmente había ocurrido, por lo que podríamos llamarlo denunciador ya que es sinónimo de acusador.

Este personaje tan poco apreciado lo utiliza nuestra Sociedad. Se nos dice que colaboremos cuando presenciemos algún hecho delictivo, alguna conducta que vaya contra las normas de buen comportamiento de la sociedad, como el exhibicionismo, el abuso de menores, un robo, la violencia de pareja, etc. y debemos denunciarlo a las autoridades para que actúen en consecuencia.

Los policías que velan por nuestra seguridad, tienen sus denunciadores entre los terroristas, narcotraficantes y bandas organizadas, para conocer cualquier hecho que estos malignos vayan a cometer.

No lo hacen gratis, reciben sus recompensas dinerarias o de otro tipo para pagarles el bien que hacen acusando al trasgresor de la Ley para impedir que se cometa el delito planeado.

Estamos satisfechos porque estos acusadores ayuden a que la paz y el orden social no se altere.

Sin embargo, al proponer algunos inspectores de Hacienda que haya denunciadores que delaten al que la defrauda, hay quienes han puesto el grito en el Cielo diciendo que esto nos llevaría a un estado policial en el que nadie se fiaría de su vecino.

No me lo invento, el dinero negro por trabajos sin declarar, la economía sumergida y todo fraude al Fisco, supone una cantidad muy elevada de nuestro PIB, que los ciudadanos que cobramos por nómina suplimos con más cargas para compensar lo que los defraudadores no ingresan.

Se dice que “en España el deporte nacional es engañar a Hacienda”. Los que pueden.

Está bien que se denuncien hechos delictivos puntuales, pero hay quien no acepta que la trampa que nos afecta a todos los que pagamos se descubra y que los culpables paguen por ello y el denunciador reciba parte de la multa impuesta al infractor.

La figura del denunciador es de honda raigambre en nuestra Historia y lo veremos por algunos mandatos, de nuestros monarcas y munícipes.

En las Ordenanzas de Felipe II dirigidas a Córdoba sobre la mancebía se dice:

Que los guardadores de las mancebías no alquilen ninguna ropa a la mujer que esté en ella, bajo la pena, por la primera vez, de mil maravedíes y pierda todas las ropas que así alquilare y se repartan así: la primera parte para la Cámara de su majestad y la otra para el demandador que lo denunciare y la otra para el juez que lo sentenciare,

Tampoco deben consentir que haya ninguna mujer enferma en el burdel, si lo hicieren la pena será por la primera vez de mil maravedíes y treinta días de cárcel repartida la multa de la manera anterior y por la segunda, la pena doblada y la misma forma de reparto.

En dichas Ordenanzas se mandan otras sanciones para diversos delitos y el castigo impuesto al infractor se repartirá como hemos visto más arriba.

En la sesión del Cabildo municipal cordobés del 14 de abril de 1535, se dicta que se venda el almud de cebada a diez maravedíes, so pena de trescientos maravedíes y el tercio para el denunciador.

En la del 7 de julio de 1535, al hablar de la venta de cueros se ordena que no se vendan a mayor precio, bajo pena de pérdida, y seiscientos maravedíes, el tercio de ellos para el denunciador”.

Órdenes como éstas las encontramos por doquier en cualquier documento real o municipal al aplicar una multa monetaria y al denunciador se le da el tercio de la pena impuesta al infractor.

¿Por esto ha sido España un Estado policial? ¡Ni mucho menos! Lo que expresa es que todos tenemos que contribuir al sostenimiento de los bienes que nos facilita el Estado por los cargas que abonamos, pero lo que no se ha de consentir es que todos tengamos los mismos beneficios y sólo unos pocos los costeemos.

Los ciudadanos no debemos consentir que esto pase. Es intolerable que casi un tercio del PIB (según se dice) sea dinero que no se declare a Hacienda y no se cotice por él.

Por ello, ojala se apruebe la idea de los inspectores de Hacienda y los tramposos se lo piensen dos veces antes de engañar a la Sociedad, porque quizá haya alguno que lo ponga en conocimiento de quien lo sancione y, si premian al denunciador, se abrirá la puerta para que los que conocen estos delitos salgan a denunciarlo.



Manuel Villegas Ruiz

Dr. En Filosofía y Letras (Gª e Hª)

Publicado en el Diario CÓRDOBA 21-6-2013