6/9/13

LOS VERDADEROS ESPAÑOLES






LOS VERDADEROS ESPAÑOLES



El día 27 e agosto de 2013 leí en el CÓRDOBA una noticia que no me extrañó, por lo corriente, pero sí me emocionó, pues no la conocía. Que un hermano le había donado a otro un riñón. También me enteré de que en Córdoba se realizan más transplantes de riñón que diálisis.

Inmediatamente me vino a la memoria la generosidad de nuestro pueblo. En el accidente de La Coruña, los donantes colapsaron los equipos de recepción de sangre. También cuando a cierta niña, o niño, no recuerdo bien, que necesitaba mucho dinero para llevarla a EEUU a practicarle una operación, se recaudó más que el preciso. Igualmente recordé el caso de un joven que precisa un trasplante de médula y han sido tantos los que se han ofrecido para ello, que el Dr. Matesan ha tenido que decir que en España las donaciones no se hacen ad personam, sino que todos los necesitados deben guardar un turno de espera hasta que les llegue su oportunidad.

Si la memoria no me falla somos el país, de más donantes de órganos per cápita del mundo, o por ahí le anda. Enumerar todos los casos, además de por falta de espacio, no sería capaz de recordar.

Estos somos los españoles: desprendidos, abnegados, sacrificados, que se privan de un órgano de su cuerpo, si saber si algún día lo necesitarán, para donarlo altruistamente a un necesitado que se quitan parte de lo poco que tienen para darlo a otro más necesitado.

Y ¡claro! Inmediatamente me acordé de nuestros políticos, encenagados en la fétida hediondez de sus corrupciones, en el quítate tu para que ponga yo. En seguir en el machito sea como sea y a costa de lo que haga falta. En esquilmar al pueblo. En no ponerse de acuerdo cuando España se ve atacada. En no preocupar de de que nuestro País pasa hambre, que nuestros niños están desnutridos, pero eso a ellos qué les importa.

Cuentan que Luis XVI de Francia, ante las primeras revueltas que presagiaban la revolución, al oír tumulto ante su palacio preguntó que qué era aquello, al contestarle que era el pueblo que estaba pasando hambre, contestó: Eso no tiene importancia, creía que era una revuelta política.

Algo parecido pienso que dicen nuestros políticos.



Manuel Villegas Ruiz